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dissabte, 7 de setembre del 2013

Excursiones desde Ciudad de Panamá

Desde Ciudad de Panamá hay varias excursiones que podremos hacer en el mismo día para conocer mejor esta pequeña república centroamericana y de paso aprovechar los fines de semana si es que estamos trabajando, como al menos es mi caso.

Todo empieza por el Canal

Sin duda, la excursión más popular es acudir al famoso Canal de Panamá, especialmente al mirador de la esclusa de Miraflores. El Canal es la infraestructura que determinó a Panamá como país independiente de Colombia y que lo hizo famoso en todo el mundo. Y de sus derechos de paso la pequeña República obtiene millones de dólares con los que financia su crecimiento. En un corto trayecto en coche o en algún bus turístico llegaremos al centro de visitantes de Miraflores, que incluye un pequeño museo y restaurante. En el mirador podremos observar el juegos de esclusas más famoso del canal, el último que atraviesan los buques antes de llegar al puerto de Balboa, el el Pacífico.

Es impresionante como los gigantescos barcos esperan por turnos mientras las esclusas se van llenando y vaciando de agua en pocos minutos. Como las zonas de paso de los barcos son tan estrechas, varios trenecitos enganchan los barcos a través de fuertes cintas metálicas para mover sincronizadamente a cada buque y evitar cualquier choque que pudiera dañar el casco del barco o a la propia esclusa. Es toda una maravilla de la ingeniería.

Otra de las esclusas, menos frecuentada por turistas al estar más cerca de la ciudad de Colón que de Ciudad de Panamá son las de Gatún. Lo bueno de estas es que se ven los barcos de muchísimo más de cerca que en las de Miraflores y además, se puede cruzar el canal en coche apreciando muy cerca las gigantescas moles de acero. Gatún es recomendable para auténticos amantes de esta obra de ingeniería o para los que se dirijan a visitar el precioso fuerte de San Lorenzo, a unos veinte minutos de la ciudad de Colón.

Los fuertes españoles del Caribe patrimonio de la UNESCO

El fuerte de San Lorenzo, patrimonio de la Humanidad, se encuentra al final de una carretera que atraviesa un denso parque nacional. Lo construyó el antiguo Imperio español para proteger la desembocadura del caudaloso río Chagres, ya que por él intentaron incursionar varios piratas para atacar la antaño rica ciudad de Portobelo. Además de apreciar la solidez arquitectónica con la que se construyó este fuerte del mar Caribe, podremos disfrutar del precioso paisaje, especialmente de la desembocadura del Chagres. Es una excursión que sólo se puede hacer en coche, ya sea alquilado, con amigos o en tour. La inmensidad de la naturaleza y el estado salvaje en el que se encuentra el fuerte lo hacen perfecto para desconectar un poco de la ciudad.

La Zona Libre de Colón

Si habéis decidido visitar San Lorenzo y las esclusas de Gatún, aprovechad que os pilla de paso y entrad a la Zona Libre de Colón. Eso sí, si tenéis coche particular, los taxis no están autorizados. Llevad vuestro pasaporte y si algún guardia os pone problemas... sugiero utilizar algún método poco ortodoxo. Si tenéis paciencia y buscáis bien, encontraréis artículos realmente baratos, y todos originales, ya sea ropa, gafas de sol y sobretodo, perfumes. Baratísimo. No compréis mucho porque al salir revisan también y os podrían intentar cargar el impuesto.

Seguimos con los fuertes caribeños

Portobelo es otra de las excursiones posibles desde la ciudad. Para los que tengáis coche es bastante sencillo y rápido llegar. En cambio, para os que optéis por el transporte público, he aquí como llegar: desde la Terminal en Albrook tomad cualquier bus que se dirija a Colón pero recordando que tenéis que bajaros antes en Sabanitas. Una vez allí, hay que tomar un "diablo rojo" (antiguos autobuses escolares estadounidenses redecorados pintorescamente) frente al supermercado El Rey que tras 45 minutos os dejará finalmente en el pueblecito de Portobelo.

El pueblo en sí no es especialmente bonito. Sin embargo, hay diversas fortificaciones que llevaron a la UNESCO a declarar este lugar Patrimonio de la Humanidad. Fue Cristóbal Colón, en su cuarto viaje de 1502, que bautizó este puerto natural como Porto Bello, sorprendido por su belleza y la seguridad que ofrecía a las carabelas.

Portobelo fue uno de los puertos más importantes desde los que salía plata hacia Sevilla y una de las ciudades clave de la América colonial española. Sus ferias eran famosísimas y a veces duraban hasta 40 días. El comercio de esclavos africanos eran también numeroso. Debido a este abundante comercio de plata y otros metales preciosos así como de todo tipo de mercancías, se decidió fortificar la ciudad. Tal acumulación de riquezas atraía a los piratas ingleses del Caribe y había que defenderse.

De hecho, el famoso Francis Drake murió en la bahía de Portobelo de fiebre. William Parker saqueó la ciudad en 1601. Y el temido Sir Henry Morgan asestó un golpe durísimo a la rica ciudad cuando, acompañado de nueve barcos cargados con medio millar de hombres, saqueó, violó, torturó y asesinó a centenares de españoles en Portobelo. A partir de mediados del siglo XVIII Portobelo entró en decandencia.

Ahora mismo, quedan los restos de los fuertes, el de San Jerónimo, que destaca por su larga fila de sus cañones y sus bellas vistas tanto de la bahía como de la Aduana. Este último edificio es una buena muestra del estilo renacentista colonial español. Aquí estaban las principales oficinas gubernamentales de la ciudad. Tras diversos bombardeos el edificio quedó en semi ruinas hasta ahora que se ha restaurado y contiene un museo con diversos objetos históricos.

El otro fuerte a visitar es el de Santiago de la Gloria, a los pies del ya casi desparecido castillo de San Felipe. Aquí se conservan más cañones y la estructura defensiva de la infraestructura militar.

Además de los fuertes y la Aduana, es recomendable visitar la iglesia de San Felipe, en la que se encuentra el famoso Cristo Negro, muy seguido tanto en Panamá como internacionalmente. La historia de esta figura es bien conocida: un barco con destino a Cartagena de Indias hacía escala en Portobelo y no podía zarpar de nuevo debido al mal tiempo durante numerosos días. Al final, fue cuando bajaron la estatua del Cristo Negro que finalmente pudieron zarpar, por lo que los fieles consideran que el Cristo deseaba quedarse en Portobelo.

Portobelo actualmente apenas cuenta con 2000 habitantes, es casi una aldea. Sin embargo, se respira ese pasado glorioso tanto en sus edificios como en algunos detalles que se observan en sus calles. Vale la pena acercarse unas horas hasta aquí y disfrutar tanto de los restos históricos como del bellísimo paisaje de su bahía.

Playas cerca de la ciudad

Respecto a playas cerca de la ciudad podremos elegir entre las del Pacífico, con fuertes olas y arenas más oscuras, o las del Caribe, de arenas blancas y aguas calmadas y prístinas. Para las primeras, los surfistas amarán las cercanas a San Carlos, a una hora y media más o menos de la ciudad. Una de las que pude disfrutar fue de El Palmar, una playa de olas gigantescas que te arrastran hacia dentro del mar para tras unos segundos expulsarte con fuerza hacia la orilla. Si no tenéis cuidado acabaréis raspadísimos por la arena y las piedras o revolcados por alguna ola. Estas alcanzan varios metros de altura, es impresionante cuando te suben hasta arriba y ves la playa tan abajo. Las arenas medio negras medio oscuras brillan de noche.

Respecto a las playas del Caribe cercanas, los más madrugadores podrá pasar un día en las paradisíacas islas de San Blas, aunque como ya expliqué en mi entrada, creo que es bastante recomendable quedarse a pasar la noche allí. Iré actualizando


Escapadas a las montañas

Los que gusten de algo más rural pueden dirigirse al Valle de Antón. Tomad la carretera en dirección a San Carlos y una vez allí girad hacia en interior cuando las señales del Valle aparezcan. Es un lugar estupendo para pasar un fin de semana en el silencio de la naturaleza, rodeados de verde y pasear por su mercado de frutas y verduras o disfrutar de las cascadas y aguas termales a las que no pude ir.

También se puede apreciar a la famosa "India dormida", una figura que hace la cordillera montañosa que rodea este precioso valle. Para alojamiento, lo mejor es alquilar alguna de las magníficas casas que se pagan por noche ocupada y salen muy bien de precio.

Otra escapada cercana es Cerro Azul, a algo más de media hora de la ciudad. Estas montañas son perfectas para pasar un finde en naturaleza, pasear por bosques, ríos, cascadas y lagos, disfrutar del fresquito y poder ver una panorámica estupenda de Ciduad de Panamá desde las montañas.

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